¿Y si en lugar de centrarnos en llenar nuestra vida de años, lo hiciéramos en llenar nuestros años de vida?
Al fin y al cabo no se trata de estirar nuestra existencia sino de dotarla de sentido, de propósito, de motivos para ser y estar. El verdadero motor son las metas, los sueños por conquistar y los momentos por compartir. Sin esto, los días, los meses y los años se acumulan, vacíos, como piezas de una colección que guardamos sin ilusión, pero con cuidado para que no se estropee.
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