Este cuento nos muestra, como bien decía Eduardo Galeano, que:
“Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas
pequeñas pueden cambiar el mundo”
Cuentan los guaraníes que un día hubo un enorme incendio en
la selva.
Todos los animales huían despavoridos, pues era un fuego
terrible.
De pronto, el jaguar vio pasar sobre su cabeza al colibrí…
en dirección contraria, es decir, hacia el fuego.
Le extrañó sobremanera, pero no quiso detenerse.
Al instante, lo vio pasar de nuevo, esta vez en su misma
dirección.
Pudo observar este ir y venir repetidas veces, hasta que
decidió preguntar al pajarillo, pues le parecía un comportamiento harto
estrafalario:
¿Qué haces colibrí?, le preguntó.
Voy al lago -respondió el ave- tomo agua con el pico y la
echo en el fuego para apagar el incendio.
El jaguar se sonrió.
¿Estás loco?- le dijo. ¿Crees que vas a conseguir apagar lo
con tu pequeño pico tú solo?
Bueno- respondió, el colibrí- yo hago mi parte…
Y tras decir esto, se marchó a por más agua al lago.
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