domingo, 18 de octubre de 2015

SINCRONICIDAD o “Casualidades Significativas”: ¿Son las coincidencias fruto del mero azar?



Todos en algún momento de nuestras vidas hemos experimentado coincidencias o casualidades que, por ser aparentemente improbables, nos han parecido casi mágicas, como si escondieran algún tipo de mensaje revelador o incluso premonitorio.

Podemos atribuir estas coincidencias a la simple casualidad azarosa, sin embargo, hay quienes abogan por significados más trascendentes. El filósofo alemán Friedrich Schiller afirmaba que “No existe la casualidad, y lo que se nos presenta como azar surge de fuentes profundas”.

Por su parte, el psicólogo y psiquiatra suizo Carl G. Jung acuñó el concepto de "sincronicidad" para referirse a "la simultaneidad de dos sucesos vinculados por el sentido pero de manera acausal". Es decir, una conexión que no está basada en la relación causa/efecto ni, mucho menos, en la mera coincidencia. Tanto Jung como el físico alemán  W. E. Pauli coinciden en que “Existe en la naturaleza un principio de vinculación no causal que se manifiesta a través de las coincidencias significativas. Existe una estrecha relación entre acontecimientos interiores y exteriores que vivimos. Relación ésta que no puede ser explicada por principio de causa y efecto, pero sin embargo, tiene sentido para el observador”.

En el mismo sentido, F. Engels introduce el término de “azar objetivo”, que posteriormente sería retomado por el escritor surrealista André Breton, para referirse a la “casualidad” como “forma de manifestación de la necesidad”. En palabras de Breton, el azar sería “el encuentro de una causalidad externa y una finalidad interna”. El azar objetivo designaría por tanto la confluencia inesperada entre lo que el individuo desea y/o necesita y lo que el mundo le ofrece.
Son muchas las teorías y opiniones que se han desarrollado al respecto de estas coincidencias aparentemente mágicas. Jung llegó a la conclusión de que existe una estrecha conexión entre la persona y su entorno, de tal forma que, en determinadas circunstancias, ejerce una atracción que genera experiencias coincidentes, con un significado específico y simbólico para la persona que lo vive.


Podemos conectar o no con estas explicaciones pero, en cualquier caso, una actitud receptiva y dispuesta a dejar que los acontecimientos fluyan siempre nos dejará la puerta abierta a que la magia entre en nuestras vidas.


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